La conducta delictual en la mujer era una conducta aislada en la sociedad, relacionada en su mayoría a crímenes pasionales o como coautoras de delitos provocados por hombres, que en relación a esto, las conductas antisociales son mínimas. Sin embargo, en las últimas décadas, la tasa de delincuencia femenina ha tenido un crecimiento mayor y una variabilidad en las conductas delictivas cometidas por las mujeres. 
El conocimiento generalizado sobre esta problemática es que la mayoría de las mujeres encarceladas proviene de sectores de la población económica y socialmente desfavorecida y que permanece encarcelada por delitos típicos que carecen de poder, también que son mujeres que han vivido en la pobreza y han sido violentadas la mayor parte de sus vidas. No obstante, recientemente las conductas delictivas típicas de las mujeres se han modificado, ahora se han visto involucradas en nuevas actividades delictivas como son asalto a bancos, secuestro, extorsión y delitos contra la salud. Delitos que hasta hace poco estuvieron tradicionalmente asociados sólo con el género masculino, precisamente por la violencia implícita que conlleva su ejecución.
El delito de la mujer ha crecido notablemente en una proporción de 1/50, 1/20 hasta llegar 1/5 en relación al hombre, especialmente en países latinoamericanos (Marchirori, Hilda). Las investigaciones apuntan directamente al género femenino, pues, estadísticamente es más frecuente, por lo cual, los delitos cometidos por mujeres son objeto de olvido, se consideran como poco esencial e intrascendente, ya que, no es constituido como un claro problema social.
En la línea criminal se comenzó a estudiar con gran interés el perfil del comportamiento criminal por géneros. Es necesario tener en cuenta el desarrollo del género femenino, a través de la historia en cuanto al rol de la mujer y su relación con la criminalidad.
Que tal soy Criminologo en México la escalada de la mujer en la comision de delitos implica otros problemas como lo son su tratamiento en reclusion dejo esta reflexion para porner sobre la mesa este otro conflicto que se liga con el tema de la autora.
ResponderEliminar¡En el tratamiento de mujeres en reclusion un obstaculo es lidiar con lo que la sociedad, la cultura y los valores se han encargado de prescribir a los hombres y mujeres, los comportamientos y patrones de conducta que tienen por objeto marcar y hacer visibles las diferencias, los patrones de comportamiento, cuyo propósito es delimitar lo que la sociedad espera de cada uno.
Por lo cual una perspectiva de genero es necesaria, saber que no son, ni requieren ser tratadas como un hombre pero que lo minimo que merecen es lo que los acuerdos internacionales garantizan a cualquier persona privada de su libertad, como conclusion ser tratadas con dignidad humana.
Lo que es nuevo y se pone de manifiesto, a través de las investigaciones realizadas por instituciones estatales y por los centros penitenciarios femeniles, son las vivencias carcelarias, las desigualdades y discriminaciones que sufren las mujeres privadas de su libertad, en contraste con los varones que se encuentran en las mismas condiciones. Si bien es cierto que comparten con los hombres muchas ineficiencias que presentan los sistemas penitenciarios, el enfoque de género, permite determinar que las mujeres presentan características particulares e inherentes a su condición de género que hacen que vivan el cautiverio en forma muy diferente a los hombres y que sufran consecuencias no aplicables a ellos, tales como: la ruptura del vínculo familiar, la ruptura de pareja, la angustia de dejar a sus hijas e hijos en manos de terceras personas, o bien la angustia de ignorar su paradero, el peso sobre sus hombros de la manutención de la familia, “el arrastre de su doble rol de padre y madre aún estando en la cárcel”!
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